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Mostrando entradas de abril, 2013

Déjame

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Verso déjame alcanzar la gaviota que no espera, quiero entre letras besar la rosa de primavera y con el viento atinar la mariposa viajera, que acaricie el despertar flamante de mi quimera.   Luna déjame hechizar el rosicler que cautiva, impetuoso al estallar con la aurora fugitiva y el álveo crepuscular en la mirada atractiva, que no duda en abrazar con el alma su misiva.   Tiempo déjame soñar profanando el laberinto, quiero en el Cénit vibrar acrisolando el instinto si florece en el azar alborozado y distinto, el milagro del versar en el délfico recinto.        

Sutilmente fantaseando...

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El pequeño principito de la rosa que guardaba en la ternura  su constancia, supo amar entre la espina su fragancia al cuidar desde el silencio a la orgullosa.   Irradiaba una belleza vanidosa sutilmente fantaseando la arrogancia, lisonjera con carisma y elegancia presumiendo en algazara desdeñosa.   Pudo ver el principito en la inocencia la pureza y la honradez sin artimañas, ni el sofisma cauteloso de impotencia.   Evidente sencillez de las hazañas que deslumbran realidades en la esencia y enamoran con miradas sin magañas.   Artificios se disipan sin patrañas, sin estigmas de atavismos ni arrebatos, si perdura la nobleza sin contratos ni perjurios quebrantados de campañas.            magaña: Ardid, astucia, engaño, artificio.

Generosa en su promesa

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Acerco mi pasión a la esperanza la ronda del amor vence fronteras y emergen del abismo las quimeras, que vuelan hacia el eco que me alcanza. Anhelo sin recelo ni venganza la grácil golondrina que regresa, cual musa del versar que me embelesa tan libre en el azarbe de la lira; e ilusa en el estío que me inspira si esplende generosa en su promesa.   Tesoro es el edén de mi desvelo, oasis del azarbe si conduce virtuosa la cascada que transluce, el díscolo primor en su revuelo. Fenece en el olvido el desconsuelo y aliena la nostalgia quejumbrosa, concede una sonrisa luminosa, preclara en la razón sin espejismos sin sombras de cetrinos atavismos, que oculten la verdad maravillosa.   Y canto con el trino de la alianza la suave melodía de la espera, que sabe del rubor de primavera y alivia la inquietud de la añoranza. En tanto se disfruta en la romanza la nota peregrina que traviesa, sorprende en el azar cuando confiesa primicias de la aurora que conspira, tentando el rosicler cuand

Aquel que profana la palabra

No duda en desterrar hasta los ojos aquel que profanando la palabra, recarga la avaricia que macabra socava la conciencia entre rastrojos.   Sutil la marioneta cual despojos del alma sin decoro que escalabra, humilla la virtud si el odio labra  y azota la esperanza con abrojos.   Infame el dictador de las ideas que asume libertad entre barrotes y niega su arrogancia egocentrista.   Cual déspota silencia con garrotes la azul intensidad de las mareas, que exigen la verdad protagonista.

En la añoranza herida

Supremo azar en la añoranza herida errante contingencia que exiliada, se aferra a la memoria congelada y enjuicia en su bohemia despedida.   Castigo y soledad controvertida auguran la nostalgia desvelada que en sombras, peregrina y flagelada conspira su dolor incomprendida.   Razón que más allá de la tristeza pretende conciliar sin desconfianza, exenta de espejismos y traiciones.   Liberta y quijotesca la esperanza que aún en el desierto y la crudeza, tremola adoctrinando en sus misiones.

Decirte quiero Matanzas

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Decirte quiero Matanzas lozana ciudad que inspiras, que aunque lejana suspiras tus cantares entre puentes, fluyen de anhelos cual fuentes remembranzas que arrebolan, cuando en tus noches tremolan las conquistas clandestinas y escapadas peregrinas  de poetas que enamoran.   Decirte quiero mimosa yumurina de la brisa, mariposa y pitonisa que no esconde sus primores, en el parnaso de amores cuando esplende en melodía, el quebranto o la alegría la seducción o locura, que acrisola su aventura y eclosiona en fantasía.   Decirte quiero mi dueña de poetas y escritores, de letrados y pintores que extrapolan tu belleza,  caribeña en la grandeza de Atenas que se adoniza, cuando el valle ruboriza de alabanzas y versales, adagios y madrigales cual dádiva de fineza.        

Haciendo milagroso lo genuino

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Atisbo la mesura en la primicia que llega sigilosa y cautivante, con nota de emoción cuando acaricia   si esplende el regocijo fascinante y escruta su algazara sin rutina, viviendo las albricias del instante.   El hoy marca el camino y lo ilumina sin cargas pendencieras que atribulan, confiando en la esperanza peregrina   e ilusa de quimeras que estimulan. Preclaras son las huellas del camino  y azares visionarios confabulan,   razones que descubren lo divino y noble en la belleza que tremola, haciendo milagroso lo genuino del sueño que inefable lo acrisola.        

Conspira el horizonte

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Se adueña del hacer cuando acrisola y asila la tristeza que profana labrando en el milagro que arrebola,   constancia que perdura en filigrana. Tan noble persevera inconfundible y esplende en su verdor la fe lozana,   ilusa en conquistar lo indefinible y ufana al seducir con su elegancia. Conspira el horizonte en lo intangible,   se aleja del rencor y la arrogancia loando en el amor sabias razones, que borren para siempre la ignorancia: flagelo de egoísmos y traiciones.        

Aún en su ausencia

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Preludia su ausencia y al alma penetra el vital arpegio de su melodía, madrigal de anhelos, oda y ambrosía con la vehemencia que su amor impetra.   Trasciende el adagio su estigma de cetra no hay broquel que impida sutil armonía, si el arpa adoniza de acordes la orgía al gorjear la aurora el azar sin letra.   La melancolía cede ante el hechizo, su pesar se esfuma cuando el alba irrumpe en suave requiebro de arrullo hialino.   Y el céfiro danza, peregrino estrumpe en el horizonte que esplende rojizo, en tanto el concierto suspira divino.       impetra: Pedir algo con vehemencia y ahínco. estrumpe: Estalla, hace ruido. cetra: Escudo de cuero.   

El trino viajero

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  Emulando el canto que emite el sinsonte en verdes campiñas deleita el jilguero, fiel y enamorado del trino viajero campestres tonadas vagando en el monte.   La brisa seduce cual suave remonte que alcanza en el eco su arpegio hechicero, traviesa armonía que en su derrotero suspira entre notas de iluso horizonte.   Y será el concierto preclaro de vida en la rosaleda del añil espliego, que acrisola el aria del amor que anida.   En la melodía romanza y sosiego auguran la noche serena y florida, en manto cual orla del azul dondiego.            

En el beso inefable

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He de contar la historia de aquel ángel perdido que perturbó el silencio cual impetuoso azar, atávico de anhelos  en sueño conmovido que enajenó en un beso de Adonis su bregar.   En el arcén divino y afín del subconsciente subliminal del ángel brillante y ancestral, se desveló la noche inquieta de repente en la fosforescente quimera espiritual.   Armonizó perfecta la cenital entrega en el vaivén intenso del tórrido abrazar, de suspiros ardientes que en el placer doblega  el empíreo horizonte de ufano despertar.   Y se encontró aquel ángel insomne y delirante con la beldad preclara que alucina de amor, en el delfos que inspira galanteo excitante cuando el gozo del alma conquista seductor.   Mientras tanto conservo la bohemia mirada de aquel ángel besando peregrina ilusión, cuando admiro genuina la verdad susurrada en el beso inefable de su etérea pasión.        

Amigo...

(A la memoria de un amigo leal e irremplazable de mi hermano Omarito. Para  Carlos Rizo... Descansa en Paz) Un ángel a la cita es convidado, su tiempo aquí en la tierra ha concluido, trillando con sus huellas el camino de amigo inolvidable y fiel hermano.   Asceta espiritual en lo inefable, virtuoso en lo intangible y lo divino, amando en su emoción lo incomprendido que asciende en el misterio con donaire.   Jamás la displicencia y la apatía trocaron el enfoque que sagrado, venció con voluntad cada quebranto haciendo del milagro una primicia.   Si amarga adversidad  y despedida de pena consternaba lo preclaro, hacías de la fe gozo y amparo loando cual guerrero su  osadía.   Susurra en el dolor de tu partida la endecha cristalina del recuerdo y arúspice silencio lisonjero: corteja celestial tu bienvenida.          

En la apariencia absurda

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En solo un abalorio de vidrio y lentejuelas como el inofensivo relente de un arpegio, permanece furtivo y ufano el sacrilegio  que no cree en el perdón, ni mitiga secuelas.   No sabe del enigma de citas y de esquelas, de rosas escondidas y del suspiro egregio. No sabe del arcano rubor del sortilegio, ni del mito de almas peregrinas, gemelas.   Tan solo el galanteo hialino y malicioso susurró su falacia cual pérfido embustero, flagelando el estigma sangrante y sigiloso.   Y no brilló discreta la luna ni el lucero, se desbordó la intriga del odio silencioso en la apariencia absurda de amante prisionero.              

En laguna de anhelos

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Te alcanzarán cascadas del llanto delirante, que alucina precoz; y en  laguna de anhelos  sucumbirá sangrante, la triste melodía sofocando su voz.   Resultará la astucia que traiciona indolente sin piedad ni pudor; y en laguna de anhelos se perderá aquel puente de sueños , utopías y quimeras de amor.   Te sentirás el dueño  demencial de la noche,  en celeste proemio de lujuria y pasión; y en laguna de anhelos, desdeñable y fantoche tu corazón pedante se alienará bohemio.   En tanto yo me basto con maldecir tu nombre en el preciso instante de tu oscura traición; y en laguna de anhelos tu dignidad de hombre,  de ególatra en su mito fenecerá ignorante.              

Y siento que emprende

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Bohemio y genuino yo alejo el hastío probando a la vida su gran fortaleza, que no languidece de pena o tristeza y abraza quimeras sensibles con brío.   No infunde temores el desierto impío de frívolas dudas y absurda pobreza, que esconde en la sombra pueril su torpeza cuando inescrutable nace el desafío.   Y siento que emprende su vuelo divino cual gaviota libre virtuosa ambrosía, testigo inefable de amor peregrino.   Si fiel persevera la excelsa armonía que emprende el camino sabio y diamantino, morirá en penumbra la melancolía.      

Bohemio de amores.

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  Y así voy labrando feliz mi destino venciendo las sombras oscuras que hieren, obviando las cargas de penas que mueren en crudo pasado de infiel torbellino.   Abrazo el presente que esplende divino abriendo las puertas que esfuerzos sugieren, no importa que azares del tiempo torcieren senderos que emergen en gris pergamino.   El hoy que se aferra sutil, poderoso fecunda las huellas que surten primores cual bella algazara de albur milagroso.   Crisol de esperanzas y humanos valores  esparce el augurio que asoma ingenioso,   genuino y preclaro bohemio de amores.  

Cuando el albur inspira

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Reverdecer del tiempo cuando el albur inspira buscando en su fortuna más que un azar la vida. Vigorizar el reto con la mirada erguida en la quimera osada y astuta que conspira.   Sabe clarear el alba el sueño que suspira de anhelos que seducen la aurora conmovida. No delira nostalgias, se asoma decidida al despuntar radiante su alborozada lira.   Regocijo de aroma, placer y melodía que entusiasma prudente la brisa mañanera, delirando inocente en el boreal que alienta. El gorjear de esperanza arrulla en sinfonía cual oda que transpira despierta en primavera, amaneciendo regia sin sombra de tormenta.