En insomne desvelo




Fuiste aquello punzante e hiriente,
inconsciente en insomne desvelo
y el anhelo se aferró entre puentes.

Inminente, cercano, imperioso,
luminoso vislumbró la noche 
y el reproche se esfumó en un soplo.

Fue el asombro alimento y rocío,
desafío de amores osados
enraizados en dones genuinos.

Ni el abismo sofocó el romance
en el trance del místico beso,
cuando ileso superó pesares.

Sigue errante el amor que perdona,
no abandona su fiel aventura
de ternura y bondad generosa.







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